Podemos definir un edificio pasivo como aquel que es capaz de refrigerarse y calentarse con una baja demanda energética, de manera que las necesidades de calefacción y refrigeración puedan aportarse mediante un sistema de ventilación.
Para más información, también puede consultar este enlace, en el que a través de los datos de contacto podrá obtener toda la información que necesite al respecto de la ventilación.
Para que un sistema de ventilación sea capaz de refrigerar o calentar por si solo un edificio este debe tener un alto grado de estanqueidad al aire, evitando las infiltraciones no deseadas. Conseguirlo es un trabajo muy minucioso y exhaustivo, que empieza desde la fase de proyecto, proyectando el encintando, y controlando su ejecución.
Igualmente, el sistema de ventilación debe llevar un sistema de recuperación de calor, calificado para transportar la carga de frío y calor demandada por el edificio pasivo. Uno de los elementos clave que facilita el funcionamiento del edificio como pasivo es el cuidado especial que se le otorga a la elección e instalación de le envolvente térmica, evitando la perdida de calor en climas frío y protegiendo del calor en los cálidos.
Los factores bioclimáticos que han de tenerse en cuenta durante la fase de proyecto, tales como el clima, situación y orientación o el factor forma sumados a los conceptos ya expuestos son los que aportan el adjetivo “pasivo” a un edificio.
A todos estos factores hay que añadirle uno no menos importante, y que desde mi punto de vista hace de la certificación Passivhaus un sello de calidad tan solicitado, las exigencias para el ahorro energético son más restrictivas a la hora de construir bajo parámetros Passivhaus que las normativas actuales. Aplicando los distintos niveles de exigencia Passivhaus conseguiremos una edificación muy próxima al concepto ECCN, Edificio de consumo casi nulo.
Hay que destacar las pruebas que se realizan una vez el edificio está ejecutado, necesarias para obtener el certificado y que garantizan que lo construido se ajusta a proyecto, que previamente ha de ser evaluado por el programa de cálculo PHPP, desarrollado por el Passivhaus Institut, para obtener unos parámetros de eficiencia teóricos acordes a las exigencias que se evaluarán con las pruebas finales.
Todo lo expuesto anteriormente se traduce para el propietario en un ahorro potencial de hasta un 90% en comparación con un edificio convencional. Para ello es interesante repasar las distintas exigencias que establece el Passivhaus Institut en función del tipo de certificado.
Además, podemos añadir una serie de beneficios, que no son tan fácilmente cuantificables, pero sin duda son un plus a la hora de elegir una construcción Passivhaus por encima de una tradicional:
En pocos años veremos como la concienciación con respecto a nuestra forma de construir hará que las normativas se adapten a los parámetros establecidos por el Passivhaus Institut. Desde PentaVEP apostamos por cumplir con las exigencias Passivhaus e ir un paso por delante a la normativa, ofreciendo a nuestros clientes todos los adelantos del sistema, que pueden consultar en el siguiente enlace de los datos de contacto.